3.24.2010

gilipollos

cuando estoy por entrar a los gilipollos siempre me surge un dilema:

no se que pesa más, si lo ricos que son, con su col y cebolla y salsa y papas al horno... o eso tan feo que siento de entrar ahi sin él. unas veces entro y otras no. el dato curioso es que recuerdo cada una de las veces que entramos ahi los dos, desde la primera en que le dije sobre los pollos más ricos del centro. el dato triste es que cada que estoy ahi me hace falta aun más.

me hace falta platicar con él, escuchar su voz, hacer chistes juntos, besarlo...


siento que poco a poco nuestro universo va quedando más expuesto a la destrucción

a veces siento que no

otras veces que sí

no quiero que nuestro universo se acabe, que se destruya todo eso que tenemos solo nosotros dos... ni él ni yo nos destruiremos si se termina, eso lo tengo claro. al fin y al cabo él forma parte de otros cientos de universos, el suyo incluido, y yo de otros tantos, el mio incluido. eso nos salva de desaparecer, pero eso que construimos entre los dos, la voz de chupas, los chistes locales, nuestra forma de besarnos, de acariciarnos, de dormir, nuestras anécdotas, nuestra forma de ver la vida y el mundo, los proyectos juntos... eso esta ahi, a punto de fortalecerse o destruirse

y todo depende de él

no quiero, no quiero que desaparezca

...

No comments:

Post a Comment